Se trata de un efecto de sonido que todos hemos escuchado hasta la saciedad. Es el grito de Wilhelm, un simpático y desgarrador grito que tiene la portentosa facultad de sacarme fuera del contexto de la película. Sinceramente, voy al cine a que me abduzcan cual granjero borracho, a evadirme, y este mítico cliché hace que bizquée.
sábado, 14 de febrero de 2009
El grito de Wilhelm
Estoy viendo tan tranquilo, y con una buena curda, por decimoséptima vez "Indiana Jones y el Templo Maldito", cuando a los 11 minutos y 45 segundos aparece, más bien suena. Es más, es la segunda vez que sucede en poco más de diez minutos. En la primera ocasión ni me había dado cuenta, a pesar de ser bien chirriante. ¿Qué cómo lo sé? creo que ya he mencionado las veces que la he visto.
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